¿Qué puede aportar la tecnología a la enseñanza de las lenguas?
Hace
tiempo que la tecnología llegó a nuestras vidas para quedarse, revolucionando el
mundo laboral, la manera de comunicarse y de relacionarse, la forma de enseñar
y de aprender… en definitiva, cambiando nuestra vida cotidiana y nuestra forma
de entender el mundo.
Ahora,
para casi la mayoría de nosotros es casi impensable vivir sin tener un móvil, trabajar
sin la necesidad de un ordenador o sin la oportunidad de estar conectados al
mundo mediante WhatsApp y otras redes sociales.
Y
es que, aunque es cierto que cada vez estamos más controlados y nuestra privacidad
es cada vez menor, hay algo que no podemos negar: la tecnología nos ofrece una
fuente inagotable de herramientas y recursos de la que sacamos múltiples
beneficios.
Pero
no estoy aquí para hablar de la tecnología a niveles generales sino de lo que
nos puede aportar específicamente en la enseñanza de las lenguas.
Probablemente
si le preguntara a mi familia de qué manera creen que podríamos llevar las
tecnologías a un aula de lengua, más concretamente de ELE, me dirían que con un
ordenador, un proyector, una pizarra digital y una buena conexión a internet.
Pero para mí el uso de la tecnología en el aula no supone únicamente la
proyección del manual en la pizarra digital, sino el uso de incontables
materiales y recursos didácticos como imágenes, canciones, juegos, foros,
chats, películas, etc., que permiten conectar con el mundo real y facilitan al alumnado
a mantener el interés, la atención y la mente despierta frente a los contenidos
que se les enseña. Además, permite llevar a cabo diversas metodologías que rompen
los esquemas de la clase tradicional y otras formas de evaluar, de organizar y
gestionar el aula. Si vamos más allá, la tecnología también nos ha dado la
oportunidad de poder dar y recibir clase sin estar entre las mismas cuatro
paredes, ni siquiera en el mismo país o continente.
Por
lo tanto, si me preguntan a mí qué creo que pueden aportar la tecnología a la
enseñanza de las lenguas, diré que un sinfín de cosas positivas pero, sobre
todo, flexibilidad en la manera de aprender y dar clase, eficiencia en los
aprendizajes y adaptabilidad en cuanto a las necesidades e intereses de los
alumnos.
Comentarios
Publicar un comentario